Postal, verano
por
el fondo del pomo
te
veo venir
cargada
de caracoles y babosas, un lente
verde
mentirita para mirar despacio
las
pecas de tu rostro
y
esperar a que crezcas y asome
en
tus ojos ese ángulo que anhelo
como
cierto deseo punzante
a
la hora de dormir
Que ninguno se pierda luego
nada puedo
a la sombra de ellos
(éramos) niños: chiquitos volcanes
había que ver las lunas
el tajo de elefante lija
para rodillas ojos
ponchados
pelotas
con
esparadrapo juramentos
de
sangre
la felicidad
ahora
que en la ceguera
(somos)
de
la tanta labia
por qué nadie les pide silencio
el reposo de sus maletas sus teléfonos
descalzar los pies para ablandar en alcohol
la
metedura de pata que no
falla
(como cuando se cena
en
Pompeya y la lava)
de una vez
nos traga