martes, 2 de septiembre de 2014
Publica Ediciones La Luz mi libro Desemplea la memoria
miércoles, 6 de febrero de 2013
Dos poemas de Color después de la lluvia
martes, 21 de febrero de 2012
"La poesía está ahí para recordarnos que algo más existe"
—¿Cuándo la poesía empezó a descubrírsete? ¿Cómo te supiste poeta?
—De niño pasé mucho tiempo solo, aun cuando crecí rodeado de las infinitas mujeres que facilitaron mi infancia. Esos espacios de memoria ahora los repaso ensimismado, y entiendo que entre las colecciones de sellos y monedas, los recortes de periódicos con las fotos de mis peloteros favoritos, las costuras de mi abuela, y el ruidoso amor que siempre habitó mi casa de Lawton, se mostraba la poesía. Luego me supe poeta, sin vergüenzas —como dijo Zimborska en su lectura del Nobel—, cuando comprendí que me era mucho más fácil sintetizar y dejar sobre un espacio acotado de página una suerte de organismo vivo, luminoso u oscuro, pero en todo caso dialogante.
—¿En qué momentos has sentido mayor fecundidad creativa?
—Detrás de esa pregunta se esconde otra, que se le suele hacer con frecuencia a los escritores: “¿Necesitas del sufrimiento para crear?” Los mejores momentos para mí son los de la tranquilidad y las ganas de hacer, los de una cierta energía. La poesía no tiene un horario cerrado de trabajo, ni ocho horas ni nada de eso, aunque por placer te sientes todos los días a leer o corregir algo. Eso sí, reconozco que un pasado tormentoso puede incitarte a definir con mayor claridad algunas ideas, y eso es bueno para los que como yo no pueden escribir sumidos en la angustia.
—Entre tus lecturas, ¿qué autores consideras imprescindibles? ¿Por qué?
—Tu porqué me ayuda a acotar la lista, siempre larga, nunca definitiva. De Samuel Feijóo su luminosidad, su sentido del juego y del espacio; de Eliseo Diego, la pasión por los detalles y los corredores de Jesús del Monte, que también son los de mi infancia; de Severo Sarduy, casi todo; el puente que tiró al mundo Lezama, pero también su espacio particular, tan hermoso; de Robert Creeley, la belleza de lo acotado, del mínimo espacio de sentido; de Paulo Leminski, su versatilidad iconoclasta, su trasgresión multimedia, por llamarle de alguna manera. En fin, debo parar... Pero quisiera añadir también a un grupo de autores muy diversos, más cercanos al mundo de las ciencias sociales, donde habitan gente como Natalia Bolívar, Howard Zinn y Manuel Moreno Fraginals.
—¿Cómo conviven en ti el periodista que eres de formación, el editor consagrado a las páginas de la revista Caminos y el poeta que juega a inventar formas y sonidos con las palabras?
—El periodismo me estresa, pero de allí vengo y le agradezco. La edición lleva mucho tiempo, pero es benévola y me ayuda a vivir en todos los sentidos. Creo que la poesía barre y recoge un poco de todo eso. En ocasiones me sorprendo editando poesía ajena o propia o reconstruyendo posibles reseñas periodísticas sobre ella.
—Además de la vocación por las letras tienes una especial relación con la música. ¿Cuánto le debe tu poesía a la música?
—Soy un jazzista frustrado. No lo pensaría dos veces si pudiera irme todas las noches a un club nocturno de La Habana a improvisar con el piano. Esta pregunta me encanta porque me ayuda a entender mejor mi trabajo. Mis versos no son musicales en el sentido estricto; es decir, no riman, ni son fácilmente leíbles o musicalizables. Como trato de jugar con la sintaxis, y muchas veces parto del silencio, hay desconexiones, concretismo, mucha fragmentación. Aun así pienso que tienen musicalidad, que hay un trasfondo donde las palabras encuentran su justo lugar.
—La poesía está llena de imágenes, de estados de ánimo, ¿de qué más? —De todo lo demás. Una de las causas de la infelicidad del hombre y la mujer modernos es haberse desprendido de la felicidad —o haber dejado que otros lo hicieran por ellos— en un sentido teleológico, o sea, de la felicidad como proyecto o sentido de vida. La poesía está ahí justamente para recordarnos que algo más existe, que el misterio es intrínseco a nuestras vidas.
—¿Cuánto de los tiempos que has vivido están en tus versos?
—Están. Me parece una locura intentar traducir todo lo que uno vive y siente a través de una estética determinada. Lo digo porque soy un poeta joven (33 años), y estoy convencido de que aún no he caído en la trampa de las discusiones estéticas. No sé nada sobre coloquialismo o intimismo, si es que existen. Me interesa la poesía como estado dialógico, inclusivo, complementario. Amo tanto a Nogueras como a Hernández Novás, y nunca se me ocurriría pensar que la historia de los últimos cincuenta años de este país queda fuera de sus libros.
—¿Cómo nace un poemario? ¿Cuándo sientes que una obra está lista para compartirla?
—En mi caso siempre nace de un destello, un concepto, una idea. No recopilo poemas para luego formar un libro, sino que intento componerlos en un mismo corpus, buscando un estado de ánimo particular. Mi obra está lista para compartirla cuando me dice cosas a mí, que soy el primero en disfrutarla. En el caso de Una noche, el libro que acaba de ganar el Reina del Mar 2010, me propuse un cierto tono intimista, como si fuera un diario sobre un espacio de tiempo concreto.
—¿Disfrutas leerte, volver sobre tus poemas o los dejas reposar en el tiempo? ¿Te sabes de memoria tus versos?
—No me sé de memoria más que unos pocos de mis versos. Tengo mala memoria para los versos, y eso me produce algunas angustias. Por eso siempre llevo algún librito a cuestas. Envidio a los grandes y verdaderos poetas de la oralidad de antaño, que entraban a la cabaña, miraban al enfermo y luego cantaban una oda en grupo, con los ojos entornados hacia el cielo. Sobre las relecturas y las preferencias, bueno, hago como con las fotos de familia. Guardo, dejo reposar y luego dejo que me sorprendan.
—¿Cómo llegó tu poesía al ciberespacio?
—Internet es la gran paradoja actual. Por un lado, es el supernegocio del XXI, con su publicidad e información alucinantes, con sus infinitas posibilidades para la gestión económica, cultural y política. Sin embargo, por el otro deja ver sus resquicios anticapitalistas. Uno de los más interesantes es el hecho de que la gente se comunique, ya sabemos que a distancia, fríamente, pero se puede comunicar, puede romper las fronteras y encontrar otras felicidades, otras maneras de articularse socialmente. Internet pudiera explotar, de tantas contradicciones, pero mientras tanto mi sitio seguirá allí, un poco desatendido, con sus problemas de conexión.
—¿Cómo aprecias a las nuevas tecnologías de cara al hecho literario, al rol del poeta, a su vínculo con otros poetas, con los lectores?
—Mi libro Sopa china (Premio Nacional Félix Pita Rodríguez 2007) es como una respuesta a esas posibilidades. Me propuse escribir algo que condensara al mínimo en forma y contenido los sentidos que quería compartir, algo que compitiera con el mp3, el email, que se leyera en treinta minutos mientras se espera por una guagua o un amante en una esquina de La Habana. Por supuesto, no pude competir, de ninguna manera. Es una metáfora que revela nuestras incapacidades para lidiar con los placeres de la vida tecnológica actual, la mayoría ajenos a los valores artísticos literarios de la modernidad. Claro, no es lo mismo competir que utilizar e interconectar. En ese sentido, la Red me parece muy útil para enlazar poéticas diversas y dar a conocer tu obra.
Por Tamara Roselló (entrevista publicada en El Caimán Barbudo).
jueves, 18 de noviembre de 2010
Quásar, nuevo libro
Gracias
ml
martes, 24 de noviembre de 2009
Seis poemas de Bob Kaufman
http://www.revistapingpong.com/editorial.htm
viernes, 5 de junio de 2009
Reseña de Sopa china en la revista Alma Mater
DEGUSTACIÓN CON SABOR ORIENTAL
Por: Amilkar Feria Flores
La sopa es un plato tradicional en muchas culturas del mundo. Regularmente se degusta con prontitud para evitar que se enfríe antes de terminarla. Entre las muchas delicias que se han convertido en patrimonio gastronómico de la humanidad, la sopa china, por su enjundiosa aleatoriedad de ingredientes y exquisito sabor, goza de particular preferencia.
Publicado por el sello editorial Unicornio, de la provincia de
Pero ya lo decía, son muchos los asideros que la sensibilidad atrapa en medio de cada trance existencial; Emiliano Salvador, probablemente sentado al piano de cualquier litoral cubano que evoque a Puerto Padre, también acompaña una velada de encuentros y amaneceres. Martí, Changó, la naturaleza cubana y del cubano, de Dios y el hombre mismo que lo creó, de filosos destellos filosóficos y aterradoras revelaciones, se abalanzan con ligereza de colibrí a rescatar al humano que pasa y, una vez concluido, repasa las páginas de este humeante tazón literario.
No obstante su formación como periodista, la libertad del verso olvida los tecnicismos del hombre de prensa, de las trampas y recursos que otro oficio pudieran hacer influir sobre alguien que parece haber probado mucha suerte, en otras ocasiones, con el lado de la pluma que informa de los acontecimientos más recónditos del espíritu. No lo conozco personalmente, pero si lo invitara a servir su sopa en una lata pintada por Andy Warhol, no creo que el poeta ponga reparos, porque, para la médula de sus propósitos, y sin que choque con el modo de servirla a la mesa, “a veces la poesía se traga una a una todas las palabras” .
martes, 17 de febrero de 2009
Misiones profanas, un poema de Bob Kaufman
Unholy Missions
I want to be buried in an anonymous crater inside the moon.
I want to build miniature golf courses on all the stars.
I want to prove that Atlantis was a summer resort for cave.
men.
I want to prove that
on us by superior beings on a humorous planet.
I want to expose Heaven as an exclusive sanitarium filled.
with rich psychopaths who think they can fly.
I want to show that the Bible was serialized in a Roman
children's magazine.
I want to prove that the sun was born when God fell asleep.
with a lit cigarette, tired after a hard night of judging.
I want to prove once and for all that I am not crazy.
Misiones profanas
Quiero que me entierren en un cráter anónimo en la luna.
Quiero construir minigolfs en todas las estrellas.
Quiero probar que
de las cavernas.
que nos gastaron los seres superiores de un planeta simpático.
Quiero denunciar al Cielo, un sanatorio exclusivo, repleto
de ricos psicópatas que creen poder volar.
romana para niños.
con un cigarro encendido, exhausto tras una dura noche como juez.
martes, 27 de enero de 2009
CHIC
Del cuadernillo Tres poemas sobre la muerte de autor
III. auto-retrato
he
de llamarme
al cero
al cero grado
de Anders
Celsius
al cero en coma cero
de la opción
cero
a la cuenta
regresiva de la muerte
hasta el cero
a la cera derretida
sobre un poema de
Bertold Brecht: Ninguno o todos
en forma de cero
a todos los ceros
de las estadísticas
¡al cero, señores,
al cero!:
al pequeño óvalo con un arco inscrito
de los mayas
a la palabra śŭnya de los hindúes
que quiere decir hueco
o vacío
a la última
de las pretensiones
cero, (esa mediación absoluta
de la verdad
que reza:
poeta multiplicado
por cero
igual a cero
*Ilustración de Erick Ginard
viernes, 12 de septiembre de 2008
Sopa china se mueve
miércoles, 2 de julio de 2008
martes, 15 de abril de 2008
Selección de haikus de Amanecer del 17 rojo
Pesadilla del Emperador
Akira K. viene
de noche a la aldea.
¡Luna Samurai!
Crisálida
Alas bajo el sol.
La soledad raída
es tu libertad.
Today
Capital itsmo.
Zigzag cuerpo marketing.
The only one, Pepsi.
Jazz Latino ADN
Saxo sexo fon,
contra bajo corriente
y tumbaDora.
InterEclipsando mi voz
Noche partida
en dos, el gran silencio
de conocerte.
Dos poemas de Sopa China
FILOSOS
cierta conjugación
certeza de conjugar
ciertos y conjugados verbos
que antes de Ser,
nombres
doblando
la esquina.
compact chic porcelain chic cellphone chic
blue vinyl chic chocolate chic human rights chic
radical chic underground chic fine arts chic
avantgarde chic tribal ecstasy chic
close to the sky chic
cosmetic heart chic
bum badum chic
299 dollars cheap
lunes, 14 de abril de 2008
Mis bichos poéticos
Ese poemario inicial indagaba en el haiku como lenguaje y me hacía de una disciplina: la de la palabra, despojada (también) en su universo de síntesis y esplendor.
A mediados de este año 2008, saldrá de imprenta mi segundo Sopa china (Editorial Unicornio, La Habana, Cuba) en el que profundizo mis inquietudes iniciales en una poesía más espacial y distendida.
Algunos de estos y otros poemas ya han sido publicados en revistas cubanas y extranjeras.
También se verán aquí.
Gracias